Me levanto con la esperanza de encontrar las calles secas, pero al mirar por la ventana veo la realidad, llueve intensamente, de inmediato suena el teléfono. Vuelve a sonar unas cuantas veces mas, cada llamada el grupo merma considerablemente, el mal tiempo socava el ánimo y las sabanas conservan el calor de los cuerpos, son las siete y media de la mañana.
A la hora convenida nos presentamos en el punto de encuentro, sigue lloviendo, no veo a nadie, esto pinta mal. Alguien aparece desde la cafetería de la gasolinera y me dice…… estamos todos dentro. Después de explicar un poco la actividad, una veintena de aventureros nos subimos a los coches y nos dirigimos hacia Alcoy, la niebla nos acompaña durante el trayecto, pero ha dejado de llover. El inicio de la ruta se sitúa sobre la ciudad, por debajo de nosotros un gran mar de nubes, que rompe el Castillo de Cocentaina emergiendo desde el valle. El Barranc del Cint nos recibe con una paleta de húmedos grises que realzan los colores naturales de la roca caliza, todo está exuberante, la lluvia caída da un lustre especial a la vegetación y sus aromas nos estimulan mientras caminamos. No hace frio, no llueve, vamos haciendo camino hasta que el hambre nos sugiere una parada tras la cual nos dirigimos hacia la reserva de buitres. El repecho de acceso nos ayuda a bajar el almuerzo, vamos ganando altura, frente a nosotros el Menejador y sobre sus laderas el Santuario de la Font Roja, en el valle, los pinares sujetan las últimas nieblas y el resplandor del tímido sol las ilumina.
La reserva se sitúa en una antigua cantera, los buitres nos vigilan mientras montamos el telescopio para observarlos con detenimiento, en silencio intentamos hacer un recuento de los que forman la colonia, unos cuarenta aproximadamente, de gran tamaño, se mueven y agitan las alas pero no vuelan. Después de una media hora, decidimos reanudar la marcha, sopla una brisa, en ese momento un buitre nos sobrevuela, y otro, y así hasta una veintena que planeando se perdían en la ladera, fue un momento bellísimo!!
Al llegar al Preventorio, nos queda un paseo de asfalto hasta los coches donde cerraremos el círculo del Barranc del Cint. En la Ermita de San Cristofol en Cocentaina nos espera una buena comida, boletus de xop, pericana, ensalada y olleta de blat, exquisitos postres y café. Herbero digestivo y sobre todo buen ambiente y risas, muchas risas.
Con el sol sobre el valle de Beniarres y después de la foto, pusimos rumbo hacia casa deseándonos lo mejor para estas fiestas y despidiéndonos con “Nos vemos en la próxima”.
Un saludo a todos.
Pascual
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| Circular Barranc del Cint |
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